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Vayu. |
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Artículo extraido de una Satsanga impartido por Swami Shankaratilakananda en el “Trika del aprendizaje de la contemplación” Azcona 21 y 22 de Octubre de 1995. En todas las tradiciones está la idea del aliento, destacamos las semitas, por ser la base de la tradición de todos los que estamos aquí. Cuando el creador quiso crear la tierra, insufló la vida a través del aliento, entonces nació la tierra y se formaron las aguas, los karmas, los seres y todo surgió de su aliento divino. En las religiones arias también pasa lo mismo, a la vez que Agni, el fuego, Vayu también entró en el universo y tomó todas las formas de todas las cosas que había convirtiéndose en el mensajero y el heraldo de la Conciencia y el Ser. En castellano la palabra aliento tiene connotaciones de ánimo y la palabra ánimo viene de espíritu. Cuando alguien tiene espíritu es que está vivo, se mueve, cuando uno no está con animo está muerto, no tiene espíritu. Por eso la palabra Vayu en sánskrito significa lo que se mueve. Su raíz es "Va" y quiere decir aquello que se mueve por todas partes, se mueve fuera, se mueve dentro, arriba, abajo, a la izquierda, derecha, delante y detrás. Los antiguos sabían que el poder y la fuerza, la energía que se trasmite para sanar o aquella que corta la vida viene de Vayu, por eso sabían que la fuerza del músculo es menor que la fuerza que viene de vayu, del aliento Los pulmones tienen forma triángular. En la parte baja se gestiona la principal fuerza de vayu. En la parte media se gestiona un poco menos de la fuerza de vayu y en la parte alta se gestiona aún menos. Se dice que la mente respira a través de los pensamientos, por eso cuando tenemos esos pensamientos magníficos sentimos cómo el aire entra en los pulmones y nos dá vida. Y cuando tenemos esos pensamientos terrribles parece que no hay aire que pueda llenar nuestros pulmones. Hay dos tipos de respiración profunda: En el segundo tipo debemos visualizar emntalmente que quien respira es el Tan, aportaándonos una sensación de bienestar y energía. El Tan tiene que parecer como si tuviera dos orificios y respirara por si mismo. Podemos ayudarnos colocando las manos en forma de cuenco debajo del vientre, como si lo recogiéramos. Observarlo, mirad vuestro estómago. En este tipo de respiración la mente desciende muy fácilmente hacia el tan y entra en un estado que se llama Sama, serenidad, sosiego. Esta respiración inmediatamente hace entrar al Tan en calor, ayuda a mantener el equilibrio, la sensación de fijación se acrecenta y cuando se está en postura de meditación parece que el cuerpo está clavado como una estaca, tanto, que los hombros se pueden llegar a sentir como si fueran una bandera enganchada al mastil firme que se proyecta por la espalda y especialmente desde el Tan y las piernas: Esto ha de producirse en todo momento al proyectar el vientre hacia abajo en la inhalación y exhalación y no muscularmente. Esta es la respiración secreta de los guerreros en las artes marciales para establecer la fortaleza en las piernas y la respiración secreta de los Siddhas. Siddha significa en sánskrito, el que tiene Siddhi, el poder perfecto. Siddha significa “el que es perfecto”. Es el sinónimo de Buddha. Es la respiración secreta para poder estar largo tiempo en la postura de meditación sin moverse. Hay dos tipos de respiración en el Vyayam, ambas respiraciones se complementan: Existe otro tipo de respiración en la que se emite un sonido, es conocida como Brahmari, que quiere decir zumbido de abejorro. Los abejorros al igual que en Egipto, en la India, se consideraban los mensajeros de los dioses, anunciaban la venida del dios vayu”, el dios del viento. El sonido brahmari puro vibra en la cabeza y se aplica terapéuticamente para despejar la mente y activar las células del cerebro. La primera regla del Vyayam es que el cuerpo sigue a la respiración. Nosotros tendemos a actuar al revés, según nos movemos respiramos. Pero bajo la técnica del vyayam, se dice que donde este la respiración estará la mente y el cuerpo. Es la respiración la que conoce lo que la mente quiere, así el movimiento se inicia en la mente. Yo sé que voy a mover la mano izquierda y la voy a proyectar hacia adelante, más concretamente voy a proyectar el dedo indice y la respiración me provee de la energía vital necesaria para ejecutar dicho movimiento. Donde esta la respiración está la mente. Si quiero que la mente que está dispersa deje de estarlo entonces debo ayudarme con la respiración para ello. Donde yo ponga la respiración vendrá la mente. Quiero que la mente este por ejemplo en esta mano, no tengo que poner la mente sino la respiración. Entonces mueve la mano, simplemente mira la mano. La segunda regla: la mente observa al cuerpo y a la respiración. La quinta regla, si tuviéramos que pensar que el movimiento tiene un inicio, el movimiento actual esta conectado con todos los movimientos que he hecho ayer y se remonta hasta el día en que nací. Todas las cacciones son una cadena de causas y efectos que hacen que hoy este aquí. Pero este movimiento no nace aquí, nace en un mundo sutil y antes incluso, nace en el conocimiento que me permite saber cómo tengo que moverme. Por lo tanto, si un movimiento tuviera un inicio, su final no es este sino que es el inicio de otro movimiento, el final es el inicio de otro movimiento. Si el movimiento nace torpe, cuesta. Conforme se incorpora el vyayam en tu vida llegas a ver que estas practicando en cualquier momento, sin darte cuenta, en los movimientos más básicos, entra en tu oratoria, entra en tus pautas normales. Entonces los movimientos se vuelven elegantes. Cuando Vayu es el que gobierna el cuerpo y no la carne, cuando es el aliento, el aire, las personas andan de distinta manera. Hay 3 maneras de andar y hablan de qué es lo que está dominando en la persona. Si en la persona predomina el elemento tierra equilibrado, es una persona sólida, serena, y tiene el tan como punto de equilibrio, se mueve con firmeza, pero sin brusquedad. Los movimientos son tranquilos y relajados. La persona Vayu, de preponderancia de aire, es una persona que parece que está sostenida por un hilo. Es alegre y animada, su mente es liviana. A veces el hilo se corta, entonces se pone triste y el aire la tira hacia abajo. Cuando el elemento que domina es el fuego y es un fuego incontrolado es como una llamarada, la persona anda que parece que mata, es rotunda, va por la calle tropezando con todo. Pero si el fuego arde de una forma costante, entonces se establece en el tan y semeja a una olla donde se cuece la energia para su uso adecuado. Hay que procurar practicar el vyayam por la calle y observar cuando uno va andando. Los maestros dicen que un vyayamika lo mismo que un yogi tiene que andar como si llevase una corona encima de la cabeza con los hombros bien posicionados y ligeramente echados hacia adelante. De esta manera se consige un buen flujo de energía en la columna vertebral al seguridad y autoestima. De esta manera uno no depende absolutamente de nadie ni de nada, sino de uno mismo.
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