Enseñanza impartida por Swami Shankaratilakananda basada en la película titulada "El guerrero"
Sinopsis de la película
"El Guerrero" es un relato de un viaje épico, desde los remotos e intemporales desiertos de India hasta las montañas del Himalaya.
Lafcadia es el jefe de un clan de guerreros al servicio de un señor tiránico que controla la región desde su fortaleza del desierto, utilizando a los guerreros para destruir los pueblos que se retrasen en la entrega de sus tributos. En una de esas incursiones de castigo, Lafcadia se encuentra con una niña que le produce una impresión tan profunda que tira su espada y jura que nunca más volverá a matar. Decide huir de la violencia que preside su vida y volver con su hijo, el joven Katiba, a su pueblo natal a las montañas. Pero su señor no acepta deserciones..." ( Tomado de la presentación de la película.)
Qué pasa en la historia...
De entrada es una historia inusual en el marco de la filmografía hindú. No se canta, no se baila, se mantiene una línea lógica en la historia sin saltos de escenario ni argumentales. Hay pocos diálogos en la película y los que hay son precisos y brillantes. Los silencios son elocuentes y las imágenes llenan el entendimiento del espectador que está comprendiendo el sencillo relato, pero que cargado de profundidad deja en la conciencia del espectador el sentimiento de paz después de haber presenciado un acto de redención tal y como lo enseñan las escrituras y la tradición espiritual más pura de la India.
Los elementos espirituales en los que se encadena la historia los expongo a continuación:
1. El Mal Camino.
Es el Adharma de los malos guerreros que no cumplen con el cometido que la sociedad y los Dioses han dispuesto, que es "proteger y liberar del dolor y sufrimiento al pueblo, preservar la estructura de una sociedad espiritualizada y cuidar de los sabios y las escrituras". Los malos guerreros causan el dolor en éste y en el otro mundo. El clan de guerreros perversos al que pertenece nuestro personaje, está bajo las órdenes de un rey perverso muy alejado de los rajarshis, los reyes sabios sobre los cuales Shri Krishna declaró establecer el cuidado del mundo y depositar el Conocimiento Sagrado por el cual la Dharma seria protegido y preservado:
Evam parampara-praptan iman rajarsayo viduh / sa kaleneha mahata yogo nastah //
"Así, pasando de unos a otros en sucesión regular, llegó el conocimiento al conocimiento de los sabios de reales (de origen real). Este Yoga lleva mucho tiempo perdido aquí"
(Bhagavad Gita, IV, 2).
La traducción del Bhagavad Gita que estoy usando en este artículo es la que realizó en español Javier Ruiz sobre la versión en ingles de Swami Shivananda.
Swami Shivananda comentando el sloka (verso) 13 del mismo diálogo, da una clara perspectiva de la naturaleza de las cuatro clases sociales (también conocidas en occidente como "castas" en las que se dividía tradicionalmente la sociedad hindú y entre ellas "los guerreros" conocidos con el nombre genérico de Kshatriyas. Shivananda explicará que cada casta está dominada por una Guna (un estado de evolución de la conciencia, es decir, Sattva Guna implicará una conciencia pura y luminosa con una tendencia dominante hacia la espiritualidad. Rajo Guna implicará una conciencia no demasiado pura y, a veces, impura, algo turbia o muy turbia que en ocasiones tiende hacia lo mundano o interfiere mucho la espiritualidad con los deseos pasionales. Tamo Guna implicará una conciencia a veces muy impura y oscura que tiende a lo primario y atávico:
"Las cuatro castas son: Brahmana, Kshatriya, Vaisya y Sudra. Esta división está realizada según Guna (las naturalezas de la evolución de la conciencia) y Karma (la actividad que habrá de realizarse según el destino determinado por la conciencia que establece la condición de una casta).
(La naturaleza) Sattva predomina en el Brahmana. Este tiene serenidad, pureza, autocontrol, honradez y devoción.
(La naturaleza) Rajas predomina en el Kshatriya. Este realiza hazañas y tiene (valentía), firmeza, destreza, generosidad y capacidad de gobierno.
En el Vaisya predomina Rajas y Tamas. Se dedica a la agricultura, la ganadería y el comercio.
En el Sudra predomina Tamas y Rajas está subordinada a aquella cualidad. Se dedica a servir a las otras tres castas.
(...) La sociedad sólo se puede encontrar en un estado floreciente cuando las cuatro castas cumplen sus deberes de manera adecuada. De lo contrario habrá caos, desavenencias y hostilidad".
El centro del Bhagavad Gita es Krishna que es un guerrero con ideales de un guerrero sabio que le explica a su discípulo Arjuna, otro guerrero, que está atribulado como el protagonista de la película, que cada cual tiene que hacer lo que le corresponde y no debe ni puede por mucho que lo desee ir en contra de su condición porque el destino le empujará dramáticamente a aquello que desea abandonar o huir y terminará enfrentándose sea cual sea la razón que se esgrima, a su destino, a su karma, a su pasado, a sus hechos..., a sus pecados:
Brahmana-kshatriya-vishan shudranam cha parantapa / karmani pravibhaktani, svabhava-prabhavair gunaih //
"Los deberes de los brahmanas, los kshatriyas y los Vaisyas, así como los de los Sudras, oh Arjuna, están distribuidas según las cualidades procedentes de su naturaleza" (Bhagavad Gita, XVIII, 41).
Esta es la base de la tragedia de nuestro personaje y la llave del drama de la historia. El Guerrero, sabe desde hace mucho tiempo que no está siendo digno de su condición, de lo que se espera de él y lo que los demás miembros de su sociedad necesitan es que les cuide y les proteja y no que les masacre.
El clan de guerreros perversos, sirve a un señor feudal que exige tributos a sus vasallos de una manera cruel cuando éstos no pueden llegar a cumplir con los estipendios. En una de estas ocasiones este tirano manda a el guerrero a cortarle la cabeza al alcalde de una aldea que no pudo cumplir con los tributos por culpa de las sequías y después, ya decapitado, a darles a todos sus súbditos una lección ejemplar arrasando la aldea.
2. La Obediencia y el Deber.
La obediencia y el Dharma de un guerrero son los pilares de su condición y tradición que se transmite de padres a hijos, lo mismo que otros valores y defectos inherentes a otras varnas son igualmente transmitidos en las otras castas. Nuestro guerrero, tiene un hijo, no tiene esposa, este hijo es delicado y sensible, quizá manifiesta la parte mas noble que existe en su padre y que es la que brota desconcertantemente cuando cumpliendo la misión encomendada como siempre, se siente aturdido por la violencia y la sangre derramada en la aldea y perdona la vida de una niña hija de una tejedora de alfombras que vende en el desierto los chadals que fabrican ellos mismos y viven en las montañas nevadas en la aldea o región de donde su familia y él provienen, que se llama "Kulu". Días antes de la incursión en la aldea castigada, el guerrero, regala a su hijo la daga de su abuelo que venía transmitiéndose de generación en generación como símbolo de su linaje y dharma, es decir, el deber de soldados que es el de obedecer fielmente a su señor y a la virtud, pero, que en su caso, sólo lo primero es lo que ha quedado en su corazón, porque por alguna razón su vasallaje a un monarca cruel le ha apartado de la virtud que hace dignos a los hombres en la tierra y deseados por los Dioses en los cielos, virtud que garantiza una vida de honor aun cuando no proteja del dolor y que en la fe de su religión le permitirá tener una próxima vida más favorable de partida y con menos pecados que limpiar.
El hijo del guerrero, no sabe pelear, el padre no puede transmitirle el valor para hacerlo y con un encuentro prematuro con la niña de la tejedora, ésta le salva del acoso y violencia de una pandilla de niños y éste en gratitud le regala el amuleto de protección de la familia. Este amuleto salvará a la niña el día de la quema de la aldea cuando el guerrero puso la hoja afilada de su espada sobre la garganta de ella y la mirada sobre el talismán. El guerrero, en ese momento tiene una extraña visión mística, se ve con la niña en una casa, en la montaña nevada, en un ambiente de paz y pureza lejos del calor, arena y sangre del desierto. Al salir del trance, debajo de los pies del guerrero hay hielo, es como una señal de por dónde sus pies han de llevarle en un viaje místico y espiritual de regreso a casa, a Kulu, a la tierra de su familia (kula es familia) y de regreso a la verdadera obediencia y a la verdadera dharma, por lo cual decide abandonar al falso señor y a la falsa obediencia.
3. El Viaje.
Cuando se inicia el verdadero viaje entonces hay que empezar a saber abandonar no solo el pasado sino hasta la idea de ser que se tenía de sí mismo. Un viaje de conciencia aprovecha el viaje externo para adentrase en el mundo más angosto e inexplorado del interior del alma, donde los diablos y los dioses pugnan incansablemente por tomar el control de las influencias sobre la voluntad del hombre , manejando entonces los hilos del destino de una manera que parece tan inevitable que sólo la aceptación de lo que ha de suceder sucederá nos empeñemos o no en evitarlo, hace posible sobrellevarlo. El fatalismo y el vacío sólo pueden ser contraatacados con la renuncia y el olvido.
Hace pocas semanas decía a mis estudiantes de Tantra de Portugal, que el Yoga sólo importa y sólo realmente funciona para quien realmente lo necesita. El cambio se produce sólo en quien necesita el cambio. Cuando se pierde el apoyo en la vida, cuando se pierde el refugio, cuando se desvanece evaporándose el lago de la ilusión en el que navegaban los deseos y las pasiones, cuando la vida se te cae en fragmentos rompiéndose en mil pedazos aquello que amabas, entonces se produce el vaciado del pasado, el borrado de las referencias y se abre el camino para encontrar destinos. El Yoga es para los pobres y los quebrados. El yoga junta y une al que está dividido en si mismo y divorciado con la vida.
De regreso a su modesta casa donde convivía con su hijo, le conmina con claridad que han de marcharse e irse a Kulu y forzándole en el paso le lleva al pequeño santuario semienterrado en las dunas, donde con unos indescifrables ídolos se encuentran ciertas reliquias de su familia, ¡que importante es en el momento de la adversidad la conexión con las raíces familiares!, ante su altar, realiza el juramento de no volver a empuñar un arma y deposita la espada, el alma de un guerrero ante sus antepasados y los Dioses. El hijo del guerrero se apercibe en ese momento de que no lleva la daga de su abuelo que le había entregado su padre días antes y con la que había estado jugando antes de que llegara su padre y decidió desobedecerle, no quedándose su lado hasta que terminase sus rezos, y regresa a la casa por ella , momento en el que es sorprendido por el antiguo lugarteniente de su padre que le captura e incendia la casa.
El rey no había aceptado una desobediencia como esa, y menos de su capitán de armas, y aprovechando la rivalidad de éste con el subalterno, le amenaza con perder su cabeza si no le trae la del guerrero. Desesperado por no encontrarlo decide cortar la cabeza de un aldeano algo parecido por sus cabellos largos y así engañar al rey. El guerrero había presenciado la destrucción de su morada y el secuestro de su hijo y decide ir a rescatarlo. Cuando el guerrero decide abandonar su deber comprometido con el malvado rey, siguiendo el mas puro estilo de la tradición espiritual de la India, se corta el cabello y ahí empieza su proceso de purificación previo a su viaje de conciencia. Curiosamente su purificación es la causante de su salvación, ya que nadie le reconoce y algo emana de él que ya no transmite sólo miedo sino que también inspira ternura, pero en paradójica compensación, es la causa de la muerte de su hijo. El rey desconfiando de que la cabeza presentada fuese la de su esbirro. manda traer ante su presencia al niño que percibiéndose del engaño, afirma que es la cabeza de su padre, pero ante la sorpresa y estupor del guerrero que se encontraba oculto entre las gentes que presenciaban el juicio, el lugarteniente, corta el cuello del niño sin que se le haya pedido, por la razón de proteger su vida asegurándose el silencio para siempre y evitar la delación. Atravesado por el dolor pero con un llanto sordo el guerrero es llevado encubiertamente por sus amigos los herreros que preparaban para él las armas que utilizaría después en las batallas. En vez de tener la venganza comiéndose su corazón, la pena y la desolación se ocupan de él de tal manera que como un peregrino errante, como un pobre metafísico, como un extra terrado de sí mismo, no sólo de su país, anda atravesando el desierto huyendo también de su enemigo sin hacerle frente, hasta que llega a una perdida ciudad donde conoce a un huérfano en apuros que para sobrevivir ejercía de ladronzuelo. Le salva la vida y el joven se le suma a su viaje y a su destino.
4. La Purificación.
La purificación está prescrita en todos los procesos espirituales del Veda, como el inicio de toda transformación. El guerrero ha cruzado el desierto que representa el limbo de la depresión donde nada tiene valor, donde nada es fértil, donde la vida se consume en un movimiento sin rumbo porque nada parece ser horizonte verdadero para la vida, al final del dolor y el sufrimiento de la desesperación como si quisiera someterse a un suicidio voluntario en el lento penar del infierno de la desesperación del desierto, donde por las tormentas de las arenas ni el naufrago ve y ni tan siquiera es visto por el mundo que lo desprecia, llega de nuevo a la vida de los hombres y su verdadera conciencia del dharma de guerrero, de proteger a otros le impulsa a salvar la vida de su accidental acompañante.
Quien tiene una condición, no puede sustraerse a ella por más que lo intente. Parece que todo siempre se confabula para que reaccione con su propio ser. ¿Acaso el león puede dejar de rugir y empezar a maullar?. Pero ésta es su primera acción noble y buena, aun cuando todavía no es pura, porque a quien esta salvando es un ladronzuelo, pero el karma se entrelaza de esta manera y la comprensión y la compasión son imprescindibles para entender estos juegos complejos, ya que lo que deberán de ser cada uno aún está por definirse, pero esta ahí, esperándoles, sólo falta que se den todas los alineamientos en el tiempo y los movimientos kármicos. El espectador profano y no cultivado en la filosofía y el simbolismo oriental podrá pasarle desapercibido este detalle como el de las abluciones en la fuente recién llegan al primer pueblo después del desierto. Al ayudar al joven se produce la primera transferencia kármica entre ellos. Se cuidarán mutuamente, se purificarán mutuamente y se liberarán mutuamente. Una buena acción es una inversión de la cual nacerá un buen karma y de éste un buen destino. Una buena acción es una gran protección contra los peligros que vengan del karma de antes del nacimiento, del karma pasado reciente, del karma aliado o confabulado de los demás o del karma de las conexiones familiares conocidas o desconocidas. El guerrero ayudando al ladrón, pero sin derramar sangre y sin violencia, además evita que el ladrón continúe con su tendencia al robo, lo cual también le prepara para su destino.
5. La Asociación.
Ser Sangha es ser asociados, decía un gran maestro, que las compañías inspiradoras valen más que mil consejos. Antes de conocer al guerrero, el joven ladrón está condenado por sus delitos a picar piedras y a sufrir los golpes de su carcelero. Consigue escaparse gracias a su amor por el chili en polvo que guardaba en un bote y en varias ocasiones lo usó arrojándolo a los ojos, lo cual hizo para escaparse. El joven ladrón era víctima de su destino en esta vida. Aparentemente los Dioses no habían sido justos con él ya que sufrió cuando niño la pérdida de sus familiares y de su aldea, cuando los guerreros los mataron y quemaron su pueblo. Por la descripción que da del jefe del clan, se despunta como que el guerrero fue el asesino y de ser así, menudo juego de destino, quien te lleva a la pérdida de tu futuro previsto es quien te gesta un futuro mejor. ¿No es acaso esto mismo lo que nos pasa a veces, que quien nos daña y perjudica puede, si sobrevivimos, ser la clave para otro futuro mejor al que no habríamos accedido si este dolor no se hubiese producido?.
El ladrón también ha de entrar en su desolación, cruzar su desierto y en ese lugar tan dramático es donde la amistad es inevitable, no es opcional. El guerrero necesita aprender a ser amigo del mundo y que el mundo no le tema. El mundo empezaba y terminaba en su compañero de viaje. No hay nada como la amistad en el momento de la gran desolación. Ambos se lavan juntos en la fuente del pueblo, se quitan las arenas se cambian de ropas, y recuperan el aliento y el espíritu. Ahora todo es nuevo, sólo hay que empezar a vivir y empezar a aprender. Ese es el significado del baño sagrado, de las abluciones sagradas, es símbolo del renacimiento. La India entera se "bautiza" todos los días y consagran sus vidas a los Dioses. Una vida es sagrada cuando se vive para el conocimiento.
Cuando te asocias con uno te asocias con dos y ya en ese momento el yantra básico y mágico del triángulo aparece y con él un nuevo gran cambio. Saliendo de la ciudad encuentran a una anciana ciega en apuros cuando intentaba cruzar el río. El guerrero, le ayuda a cruzar el río y asume el deber de cargarla en sus brazos para que pueda tener éxito en cruzar la estepa que les separa ya de las montañas nevadas. El río de la vida con sus dos orillas que como dice la escritura sagrada "condúceme de la mortalidad a la inmortalidad, de la oscuridad a la luz, de lo irreal a lo real", es el primer horizonte conquistado. Tener la convicción firme de lo que ya no se desea pero sobre todo lo que se quiere y que siempre está del otro lado de la línea. Cruzado el río, ya no hay retorno. Al rescatar a la anciana ciega que el lector podrá comprender que podía cuidar perfectamente de sí misma, el guerrero se convertía en alumno y discípulo de quien con certeras y precisas palabras le enseñaría el camino de la acción correcta, precisamente, lo que nunca había aprendido el guerrer. Este lilah, este juego de vida y conciencia, facilita la conexión kármica entre ambos.
6. La Gracia.
La gracia del maestro facilita el aprendizaje de un yogi y éste no es posible si no se realiza con esfuerzo, disciplina y cierto sacrificio. Anusthana y tapasya, penitencia y austeridad es el medio idóneo de terminar exitosamente con el duelo del dolor por las pérdidas amadas y de lo abandonado para ser devorado por el tiempo pasado llamado "olvido". La segunda transferencia de karma se realiza en ese momento de coger y cargar con la invidente. El guerrero sirviendo a su improvisada maestra se convierte en un fiel discípulo que no escatima esfuerzos en cumplir otra vez con su deber y con su dharma. Todo está siempre girando en el mismo punto, el deber y el dharma, pero esta vez el guerrero está escogiendo sabiamente y ya no está sirviendo a señores tenebrosos. Ha sustituido un mal padre por una buena madre. La anciana es la sabiduría de la tradición que es a su vez más que madre (abuela) de la que aprendemos a nacer como hombres y por lo tanto más que humanos. La anciana es la Shakti, la Gran Energía Primordial Antigua que sabe todo y que aliándose con ella, nos lleva donde debemos de ir cuando dejamos de querer controlarla. La anciana invidente es el Principio del Guru que sabe ver la Verdad porque al tener sus dos ojos cerrados para el mundo, tiene su tercer ojo, el ojo de Shiva, abierto a la Trascendencia. Ciegos están los que creen ver la realidad que les presentan los sentidos. Cuando te liberas del miedo a lo inesperado, cuando dejas de querer controlarlo todo como lo hacemos primariamente con la vista, como si sentados al lado del conductor del coche manteniendo los ojos abiertos pudiésemos evitar el accidente que sobrevendría al cerrarlos, en ese momento libre de la ansiedad, se hace la luz interior.
7. La iniciación.
La vieja le da la iniciación al guerrero para que pueda ya iniciar su ascenso por el camino montañoso que le lleva a Kulu, al origen de la familia. Otra vez el director y guionista de la película recurre a un tópico que es verdadero en el proceso iniciático espiritual, a pesar de estar obediente, a pesar de estar con buena actitud y disposición de servicio, la maestra, el guru, habrá de bailar encima del ego de su discípulo como lo hace el Señor del Yoga cuando abandona su posición de meditación y danza destruyendo hasta el último rincón del universo conocido. Es imprescindible que no quede una pizca de ego absurdo en el mundo interno del alumno que quiere iniciar el viaje interno. De la misma manera que la humillación y el dolor llevo al guerrero a salir de su modo de vida y adentrarse en el modo de la vida de los peregrinos, de los caminantes, la humillación y la verdad de su condición , sin maquillaje , de las palabras claras del maestro, le llevan a iniciar su viaje interno abandonando, si es capaz de superarlo, el pesado equipaje de las ideas de sí mismo, que son el sustento de su torpe ego. No es bueno que el ego aprenda a viajar por dentro, que el ego aprenda el yoga de otra manera, porque entonces se habrá perdido la capacidad de respuesta y transformación inoculándose contra la energía demoledora del autoconocimiento haciéndose un duro resistente a la verdad. Cuando el tenía a la vieja sabia en brazos agotado y sudoroso y teniendo el espectador sentimientos de admiración hacia el guerrero, ésta le tocó con su mano la cara y le dijo "no quiero que me lleves, tu cara suda sangre". Atónito la dejó en el suelo e impactado tardó en reaccionar. En otros tiempos ni él hubiera actuado así, ni hubiera permitido una ofensa de esta manera con ingratitud incluida, pero el sabía la verdad. La vieja había visto con su visión interna que está intoxicado de la sangre de sus víctimas. Cuando se mata, se bebe la "sangre" kármica de la víctima y sus poderes y sus debilidades pasan a uno.
8. La Transformación.
El guerrero había cambiado externamente, él ya no se sentía el mismo, incluso había transformado muchas partes de sí mismo, pero, no era suficiente. El maestro decía "aún más" y además no lo decía con la calidez y apoyo que al guerrero le gustaría recibir. Pero reaccionó. La vieja maestra continuó andando hasta que se paró y se sentó en el suelo sin motivo aparente y el guerrero fue a su encuentro. Si ella no lo quería, era problema de ella, no de él, ya que él lo tenía claro, él tenía el deber contraído con ella de cuidarla y su dharma era ese. Al poco tiempo pasó un carro con dos hermosos bueyes, que significan la dualidad de la vida, de lo bueno y lo malo, de lo grato e ingrato, que cuando están ambos unidos por la armonía de un firme yugo (yoga) tiran del carro de la vida conducidos por un paciente e instruido intelecto que sopesa la conveniencia o inconveniencia de hacer tal o cual cosa (El cochero duda y razona si es conveniente o no llevarles). Este carro de la armonía , que alivia el duro camino, sólo es posible obtenerlo cuando la gracia del maestro se hace presente. A pesar de que el guerrero estaba muy lejos de ser el ideal del discípulo y del hombre que cualquiera escogería como compañero de viaje, la maestra le acepta tal y como es y le da la oportunidad de transformarse e iniciar una nueva vida. Le conduce correctamente por el camino que le lleva a las montañas a través de un viaje de aparente inacción, largo muy largo, donde la paciencia es imprescindible y donde la mente tiene que acomodar todas las emociones para que los sentidos no se vuelvan ansiosos y pidan una actividad que no es la conveniente realizar por quien espera encontrarse con su destino. El carro de la armonía llevado por un intelecto que serenamente lo conduce cantando sin parar mantras, palabras de amor divino y poder, es la meditación, la acción de la inacción.
9. La Bendición.
Vayas donde vayas te persigue la sombra de tu destino no solucionado. Llegando a Kulu, el guerrero se encuentra con los habitantes del pueblo que están huyendo, les pregunta qué sucede y le informan de que los guerreros están en la aldea sembrando el dolor y la muerte. Hasta allí, a su santuario a pesar de su deseo de olvidar y alejarse de todo, su mal karma aún le azota. Él no quiere enfrentarse a sus es compañeros , incluso al despiadado lugarteniente que mató a su hijo. Él se siente diferente y transformado pero como los guerreros sagrados de la épica de Mahabharata que dudaban si merecía la pena continuar con la lucha que era sinónimo de continuar con el dolor, de alguna manera, la bendición del maestro le convoca a luchar y terminar con lo que estaba pendiente. La vieja que había estado todo el viaje en silencio y que le había despreciado rechazando su ayuda por ser un asesino, toca su frente y solo le dice "ten cuidado". El guerrero va a tener que volver a luchar, no tiene mas remedio que hacerlo pero ahora sabe que la lucha es justa porque no esta siendo buscada por él. Así lo declaraba Krishna:
Sva-dharman api chaveksya na vikrampitum arhasi / dharmyad dhi yuddhach chreyo'nyat kshatriyasya na vidyate //
"Además, debes respetar tu deber y no vacilar, porque no hay nada más elevado por Guerrero que una guerra justa" (Bhagavad Gita, II, 31).
La anciana ilumina la mente del guerrero sumida en la oscuridad y la ignorancia, le indica su nuevo deber que ya no es servir a ningún amo, ni tan siquiera a ella misma. Ahora él ha de enfrentarse a sí mismo en la forma de su pasado, bajo el aspecto de su ex-compañero que había sido enseñado por él mismo en el arte de ser guerrero y en el mal camino de un dharma equivocado. Era como luchar contra "su otro yo".
10. La Lucha.
No se escoge el lugar ni el momento donde se han de enfrentar lo que en el hombre vive en íntima complicidad. Pero cuando este momento llega, es el ecuador definitivo de la verdad del viaje y del cambio que no debe de evitarse. Las escrituras sagradas declaran que el momento más dramático y crucial es la muerte del ego y el imperio del Dharma o la muerte del buscador espiritual que se convertirá siempre en un cínico esclavo que puede aparentar cualquier afán de cambio pero en realidad todo será una mentira o , al contrario, se convertirá en un enemigo terrible de la causa que ha servido. La teatralidad de los místicos en un duelo a muerte de guerreros. ¿Huir o luchar? y cuando termine el enfrentamiento, ¿quién habrá perdido y quién habrá ganado?. Si todo es correcto la batalla será una puerta abierta al cielo y la liberación definitiva del pasado de sus fantasmas y de las miserias de la ignorancia de la que sólo nacía el dolor. La lucha mística, había sustituido a la lucha de la sangre aún cuando tenía forma de lucha encarnizada:
yadricchaya chopapannam svarga-dvaram apavritam / sukhinah kshatriyah partha labhante yuddham idrisham //
"Dichosos son los Guerreros, oh! Arjuna, convocados para luchar en una batalla como ésta, que es una puerta abierta al cielo". (Bahagavad Gita, II, 32).
Esperándole en el patio humeante de la casa de sus antepasados, destruida, estaba su rival y acosador. El guerrero rechazó la pelea y la espada que se le ofreció. Estaba de pie con un porte majestuoso propio del que ya no tiene que recurrir a nada externo para ser vencedor de sí mismo. Ahora el guerrero era más que un soldado, era un monarca soberano, que gobernaba el reino de sí mismo, pero esto era desconocido e invisible para su enemigo que aún confiaba en el poder y la violencia. La sabiduría se oculta del bruto e ignorante. El lugarteniente le retó con la espada de los antepasados del guerrero que había robado del santuario donde éste la había allí depositado en su renuncia a la lucha. Le insultó llamándole campesino, vergüenza de los guerreros, y cuando estaba a punto de atravesarle el corazón, el joven ladrón redimido apostado debajo de un carro, le devolvió la transferencia de la redención cortando al malvado con la espada caída en el suelo los tendones de los pies, cayendo al suelo aplomadamente pero con la mala suerte para el ladrón que éste se puso a la distancia de sus manos y su daga causándole una herida en un brazo y cuando estaba a punto de matarlo, otra vez, el karma se transfirió de nuevo y el guerrero consumó su deuda y cerró su pasado dando muerte, la última muerte, a su propia proyección representada en el guerrero asesino, su adversario. Todos los karmas definitivamente se encontraron y al hacerlo se transformaron liberando a uno en vida y al otro dándole una nueva vida y al pequeño ladrón le preparó por la fuerza del karma de la gratitud a recibir un nuevo destino.
11. La Despedida.
El amor verdadero no se quiebra en la distancia ni en la muerte. Desde la muerte de su hijo, el guerrero siempre había tenido la visión de su hijo de espaldas corriendo sin parar como queriendo llevarle a algún lugar. La imagen de la montaña, el éxtasis y la presencia de algo majestuoso se volvió a aparecer ante él. Parecía como que en la cumbre del picacho le esperase algo o alguien. Quizás fuese Shiva , el Señor del Himavat, el Señor de la renovación, el Señor del Yoga, el Señor de la Muerte, el Barquero, el Morador.
Abandonó el pueblo de Kulu descubriendo que ese no era su hogar. El ya no tenía esas raíces. Sabía quien ya no era, pero aún no sabía dónde estaría su hogar. El viajero a veces fija un destino y cuando lo conquista ya no es su meta, pero a veces hay que salir para cambiar y ese cambio traza un giro de 360 grados retornando al punto de partida, pero nunca se regresa siendo el mismo.
Con el joven ladrón, llegaron con hambre a un fonda en el camino. Allí se daban comidas y posada a los viajeros, era un lugar hermoso a la orilla de un río, siempre un río que delimita todo, en un antes y un después... Una joven hermosa y sencilla ayudaba a su madre a servir las mesas. Un viajero quería aprovecharse de ellas no abonándoles por lo consumido, el joven ladrón redimido se percató de esto y salió en su auxilio robándole la bolsa de las monedas y entregándosela a la dueña. Ese momento fue aprovechado por el guerrero para desaparecer de su lado y de su destino, le dio un hogar, le dio una familia, quizás era la forma de compensarle por la que él le había arrebatado. La dueña del restaurante le ofreció un empleo y él les ofreció su dedicación y protección. El guerrero ya cumplía con su deber de otras maneras mas sabias.
Aún tenía que despedirse del espectro del dolor de su hijo. A veces un padre querría pedirle a la muerte que le devolviese el hijo que arroja a sus brazos, ¿pero que pasaría si la muerte también salda su deuda y el karma entrelazado con el guerrero y se lo lleva a él mismo?.
Extenuado en su ascenso hacia la obsesiva montaña quedó desmayado. En su auxilio vino la niña que no mató porque tenia el amuleto de su hijo. El fantasma de éste corrió por última vez hasta perderse en la casa de la niña en la que vivía con su madre tejiendo y después vendiéndolos en la gran ciudad del desierto. Esta casa se encontraba en la falda de la montaña. Curioso el tejido del karma. Labor extraña del tejedor de los destinos. Al despertar se encontró con la visión del medallón de su familia, con una esposa que le daba alimento y una nueva hija que le quería. El hogar de un hombre es donde hay amor y el amor es el destino de todo aquel que lo busca aun cuando tenga que renacer muchas veces en una misma vida si así quema sus pecados y limpia de sangre inocente su conciencia de un deber mal contraído.
El final
Ir al cine y poder pensar no es fácil. Disfrutar de un auténtico katah, una narración ejemplarizadora es mucho mas difícil, pero, conseguir un estado de paz interior y reflexión continua, es casi motivo de un samadhi.
OM TAT SAT