Existen tres clases fundamentales de respiración que están asociadas a la ingestión de aire y la dirección que este toma hacia cada una de las zonas en las que podemos dividir los pulmones: diafragmática, correspondiente a la zona baja de los pulmones,
torácica, realizada con la zona media de los pulmones, y clavicular, con la zona alta de los pulmones.
Existen respiraciones más o menos pobres debido a la forma triangular de nuestros pulmones, por ejemplo, la clavicular será la más deficiente, por ser menor el volumen de esta zona, y la abdominal la más abundante, por ser su zona la de mayor cubicaje. Cada uno de estos tipos produce diferentes efectos:
La respiración diafragmática es la forma natural de respirar de un ser humano desde su nacimiento. Es la que nos permite mayor ingesta de aire, siendo capaz de darnos energía y al mismo tiempo permitir que nuestra mente esté serena. No altera nuestro sistema nervioso, sino que lo tonifica. Podemos utilizarla en Vyayam, yoga, meditación, relajación, sexualidad, y deberíamos utilizarla también de manera espontánea en nuestra vida cotidiana.
La respiración torácica viene muy bien para activar nuestra mente y nuestro sistema nervioso, pero mantenida durante mucho tiempo es muy perjudicial para la salud porque presiona negativamente los órganos, da un excesivo calor y produce aceleración de los procesos de destrucción del cuerpo. Calienta en exceso nuestra mente, provocando estados de irritabilidad y de agitación mental.
La respiración clavicular nos aporta muy poca ingesta de aire y crea unos estados de ansiedad en la mente muy importantes. Colapsa nuestro sistema nervioso, los órganos y músculos de nuestro cuerpo. Exige un mayor número de respiraciones y produce una mayor actividad en la mente.
La respiración conocida como completa o yóguica, es aquella en la que se utilizan sucesivamente todas las partes.
® escrito por ~ Swami Shankaratilakananda
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