De la respiración depende nuestra vida y la calidad de la misma. Una respiración controlada conlleva más años de vida y más resistencia, porque aporta una rica oxigenación a todas las células del cuerpo.
La energía vital, el prana, está presente en todo el universo, en el alimento sólido, en el agua y en el aire. Necesitamos comer y tomar agua, pero necesitamos de una forma imperiosa tomar aire para vivir. Cuando tomamos aire, lo tomamos cargado de prana positivo y cuando expulsamos aire de nuestros pulmones, lo expulsamos cargado negativamente. A esta forma de prana la llamamos apana. Prana en el cuerpo se manifiesta de cinco maneras que regulan las diferentes funciones vitales: el funcionamiento de los pulmones, prana-prana; de los órganos excretores, prana-apana; de los órganos que intervienen en el proceso de la deglución, prana-udhana; de los que intervienen en el proceso de la asimilación, prana-samana y todos los procesos necesarios para la circulación de los fluidos corporales y las corrientes nerviosas, prana-vyana.
En nuestro cuerpo astral la energía positiva, prana, en forma de ha, circula a través del nadi píngala que confluye en la fosa nasal derecha, y la energía negativa, apana en forma de tha, lo hace a través del nadi ida, que fluye en la fosa nasal izquierda. A lo largo del día aproximadamente se respira unas 21.000 veces. El practicante de Vyayam, vyayamika, siempre tiene en cuenta esta ley natural: a mayor número de respiraciones menor tiempo de vida, a menor número de respiraciones más tiempo de vida.
La respiración fluye por cualquiera de las fosas nasales durante un período de una hora aproximadamente. Tras esto alterna y comienza a fluir por la otra. Al acto de la respiración se le conoce como svara y al cambio entre una y otra fosa nasal se le conoce como udaya, por ello, todo el proceso en conjunto se denomina svarodaya. Cuando la alternancia de la respiración entre una y otra fosa nasal no ocurre, se produce un desequilibrio que puede causar enfermedades y trastornos psicológicos, colapsos y hasta la misma muerte.
® escrito por ~ Swami Shankaratilakananda
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